Arrebuscando en el baúl de los recuerdos he tropezado con las viejas fotos de Tío Salustiano y Tía Segismunda, unos INDIANOS como Dios manda. Los tíos abuelos, que en paz descansen, Dios tenga en su gloria, etc, etc, fueron de los primeros en abandonar su pueblo natal de Malleza (Asturias) e irse a hacer las Américas.
Después de múltiples periplos por Cuba (que os contaré en otra ocasión), volvieron forrados de pasta y se hicieron su casa (cualquier cosa menos modesta y sencilla) en el pueblo de La Arquera, a pocos metros del pueblo que los había visto nacer, plantaron la palmerita de rigor y se dedicaron a vivir la buena vida.
Después de múltiples periplos por Cuba (que os contaré en otra ocasión), volvieron forrados de pasta y se hicieron su casa (cualquier cosa menos modesta y sencilla) en el pueblo de La Arquera, a pocos metros del pueblo que los había visto nacer, plantaron la palmerita de rigor y se dedicaron a vivir la buena vida.
Tía Segis no se separaba de su discreta y pulcra sirvienta, la entrañable Benita, que además siempre fue su confidente y única amiga, mientras Tío Salustiano se entretenía en cortas y arriesgadas excursiones, dado el estado de las carreteras de entonces, con su HAIGA (la palabra se refiere a los coches grandes que llevaban los indianos “el más grande que haiga…”), polémicas tertulias con el médico del pueblo (el bueno de Don Segismundo), e interminables meriendas en la Sala de los Trofeos…
Si queréis revivir un FIN DE SEMANA INDIANO DE LUJO no dudéis en contactar con:
http://www.alsondelindiano.com/
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A nosotras, desde luego, nos trataron genial!
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